Factoring con o sin recurso ¿conoces las diferencias?

Índice
Comparte este post en:

El servicio de factoring, también conocido como «anticipo de facturas» ha cobrado un especial impulso en los últimos años, debido a las necesidades de financiación, liquidez y seguridad en pagos que autónomos y empresas han requerido, cada perfil con sus propias necesidades y preferencias.

El factoring consiste en la cesión de créditos (normalmente facturas) que las empresas y profesionales otorgan a una entidad financiera, identificada a menudo como factor. Con esta cesión, el factor adelanta el pago total o parcial de las facturas cedidas.

Aparte de este anticipo de facturas que deja evidente las ventajas en términos de financiación, el factor se puede encargar de otros servicios. Entre ellos destaca la gestión de cobros, la gestión comercial respecto al deudor o deudores y también de la cobertura del riesgo por impago.

El factoring con recurso se diferencia del factoring sin recurso, precisamente en este último aspecto, ya que uno de los dos incluye dicha cobertura, mientras que el otro no lo hace.

Factoring con recurso

En el factoring con recurso, la entidad financiera adelanta a la empresa o autónomo el cobro de las facturas cedidas, menos un porcentaje dirigido a impuestos y comisiones.
En el caso de que el deudor no pague la cantidad debida por la factura cedida, el factor no asume este impago, ni tampoco ningún riesgo en la transacción, sino que se limita a todo lo relativo a la financiación y la gestión de cobro.
Por tanto, es el autónomo o la empresa, quienes tienen la responsabilidad de asumir este riesgo de insolvencia, teniendo a su vez ellos el riesgo de ver cómo la financiación anticipada se les es retirada por los créditos impagados.
Obviamente, el factoring con recurso ofrece una ventaja económica, al tener que asumir menor cantidad en comisiones o impuestos. Pero tiene un riesgo de insolvencia. Por tanto, es más recomendado para empresas que trabajan con deudores con una solvencia que se ha contrastado, así como en trabajos para el sector público.

Factoring sin recurso

En contrapartida está el factoring sin recurso. Básicamente mantiene las mismas características que el factoring con recurso, pero a su vez sí asume el riesgo en caso de que un deudor se declare insolvente.
Con el factoring sin recurso, el autónomo o la empresa solo tienen que preocuparse de obtener la financiación y ahí termina su responsabilidad por la operación comercial. A cambio tendrán que asumir una cantidad superior de comisiones e impuestos por este servicio adicional, pero tendrán garantizado el cobro por el trabajo realizado.
Es la solución más recomendable para empresas que están iniciando su andadura comercial y que no se pueden permitir asumir este tipo de riesgos de impago, que puede frenarles su crecimiento en el sector.

Violeta González Fernandez
Violeta González Fernandez
Especialista en el análisis de operaciones comerciales y herramientas de gestión de tesorería, claves para garantizar liquidez a la pyme.
Compartir en:
Artículos relacionados