Como bien es conocido, la inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado.
Este alza en los precios se ha producido por un desequilibrio entre la demanda y la producción, lo cual, está conllevando a una pérdida en el poder adquisitivo de las empresas.
Con esta situación, las empresas deben poner en marcha acciones que prevean estos desequilibrios para que no generen consecuencias negativas sobre la gestión de la tesorería.
¿Qué factores influyen en la inflación?
El incremento de los precios lo hemos visto reflejado en los combustibles, la electricidad y la alimentación.
Por un lado, el precio mayorista de la electricidad ha crecido debido a la subida del petróleo y el gas, llegando a valores durante 2022, de hasta un un 9,1%.
Igualmente, el coste de la gasolina y gasóleo también ha crecido por la guerra de Ucrania, subiendo hasta los 10,8% en el mismo año.
Y los precios de las materias primas, como cereales y aceite de girasol, también han influido en servicios como el transporte público, hostelería, etc.
¿Qué consecuencias tiene la inflación en las empresas?
Los efectos de la inflación en el tejido empresarial hacen que las empresas no puedan trasladar el incremento de sus costes de producción a los precios de venta, ya que:
- La contracción de la demanda hace que las empresas bajen sus precios para poder mantener liquidez, lo cual, a medio plazo es peligroso.
- El aumento de los costes de adquisición de bienes o servicios, como la electricidad, genera una disminución de liquidez y menores beneficios.
- El aumento de precio y la disminución de la liquidez dispara la competencia para conseguir clientes.
Esta situación de inflación debe ser combatida por las empresas. Veamos qué soluciones debemos aplicar para compensar estos efectos negativos.
¿Cómo amortiguar los efectos negativos sobre la tesorería?
En general, la mejor solucion para controlar la gestión empresarial en época de crisis es usar herramientas digitales dentro del área financiera que controlen los efectos de la inflación. Además, es importante implementar planes estratégicos que ayuden a optimizar los gastos, reestructurar la deuda y mejorar la gestión.
La clave para prevenir las consecuencias negativas de la inflación es la rapidez y la precisión en la toma de decisiones. Veamos algunos consejos para ello:
Lo primero es analizar cómo afecta la inflación a la tesorería, esto se consigue con un control exhaustivo del circulante, evitando la crisis de liquidez. El uso de un software para la gestión de la tesorería te ayuda a tener los datos actualizados en tiempo real y realizar previsiones a futuro.
También hay que revisar los proyectos de inversión, a lo mejor convendría aplazarlos, o incluso, encontrar nuevas oportunidades fusionándose o adquiriendo nuevas compañías en busca de liquidez.
En general, hay que hacer frente a la tasa de inflación con medidas estructurales, evitando que la inflación se traspase al precio de los productos. Por ejemplo, una estrategia muy sencilla sería anticiparse a la inflación, contratando financiación del tipo factoring que te permite adelantar el cobro parcial o total de las facturas que tengas emitidas, a través de empresas especializadas como Trinios, consiguiendo así, liquidez inmediata.
Ten en cuenta que los contratos firmados a largo plazo con clientes son los más susceptibles a la inflación, porque desde que se pactan las condiciones hasta que se ejecutan, puede llegar a hacerlos inviables sino se toman las medidas necesarias para adaptarlos a la situación actual.
¿Cómo beneficia contar con un servicio factoring a la falta de liquidez en tiempos de inflación?
La financiación del circulante es una de las mejores maneras de evitar la falta de liquidez. Por ello, se hace imprescindible contar con servicios financieros que te permitan adelantar el cobro de tus facturas. A esto se le conoce como factoring.
La finalidad de este servicio es anticiparte el dinero de las facturas que tengas emitidas y no cobradas, garantizando así su cobro, porque en caso de impago, la financiera asume el riesgo.
Su funcionamiento consiste en que cuando la pyme emite una factura, obtiene el pago anticipado de parte de la empresa financiera en vez de recibirla desde el cliente, con lo que el cobro quedaría garantizado.
Posteriormente, la empresa especializada sería quién se encargue de cobrar al deudor.
La herramienta factoring tiene como principal ventaja obtener una tesorería más eficaz, ya que, simplifica la gestión de cobro a clientes, aunque conlleve un pequeño gasto adicional.
En definitiva, el auge de estos servicios de factoring se explican por la falta de liquidez que viven muchas empresas.
Si analizamos las razones por las que las empresas optan por estos servicios de factoring, la mayoría señalan que es por la capacidad de disponer rápidamente de efectivo, seguido de la asunción de riesgos por parte del proveedor en caso de impago.